La situación vivida en municipios del estado Sucre centra la atención del país en el oriente de Venezuela, con un problema que tiene dimensiones sanitarias y también ambientales.

Desde el punto de vista sanitario, las espículas urticantes propias de esta mariposa nocturna, genera reacciones alérgicas y diversas dermatitis en los pobladores, problema que no le es nuevo, y que lejos de resolverse, pareciera complicarse cada año más.

Desde el punto de vista ambiental, conocer las causas del aumento poblacional de este lepidóptero y proponer un manejo biológico de la especie durante sus ciclos de vuelos, es fundamental en su control, por lo cual se requieren equipos multidisciplinarios de profesionales, acompañados de campañas informativas y formativas, así como de la inversión necesaria para comprender y documentar el problema, ampliamente estudiado por diversas universidades venezolanas.

La Hylesia metabus, conocida popularmente como Palometa Peluda en el oriente de Venezuela, es un lepidóptero de la familia Saturnidae de hábitos principalmente nocturnos y una longevidad es de 3 a 6 días.

La hembra de esta polilla posee en su abdomen espículas urticantes que le confieren la condición popular de “peluda”, formaciones que al partirse y entrar en contacto con la piel de los seres humanos, liberan una sustancia que pica e inflaba la piel, produciendo prolongadas dermatitis. Vale destacar que tales formaciones espiculares son usadas por la hembra para cubrir las masas de huevos con el fin de protegerlas de parásitos y depredadores.

Hylesia metabus no es exclusiva para Venezuela, y ha sido descrita para Surinam, Guayana Francesa y Venezuela. En nuestro país ha sido especialmente evidente en las costas de Sucre, el Edo. Monadas y Delta Amacuro.

VITALIS destaca que cuando hay picos poblacionales de este lepidóptero, las hembras altamente atraídas por la luz, especialmente por la luz blanca, se desplazan hacia los poblados, produciendo el terror de sus habitantes quienes conocen sus efectos urticantes. Por ello, en muchas zonas las autoridades locales apagan las luces del alumbrado público para evitar la invasión de las polillas, pues en su vuelo alrededor de la luz, desprenden las espículas que son dispersadas por el viento debido a sus diminutas dimensiones.

Existen algunas evidencias de problemas ambientales y sanitarios asociados con esta polilla desde 1937, sin que hasta la presente fecha se hayan podido resolver los conflictos vinculados a sus picos poblacionales, pese a los importantes aportes cientìficos de la USB, UDO y UCV, entre otras universidades y centros de investigación, quienes han avanzado en el conocimiento de su biología y ecología. La clave de atención del problema parece haberse originado con la fumigación excesiva en el control de vectores, que pudiera haber acabado con sus depredadores en su historia natural reciente.

Sin embargo, en opinión de VITALIS, sólo un enfoque multidimensional e intersectorial pudiera ayudar a resolver definitivamente el problema, contando para ello con la activa participación de las autoridades ambientales y sanitarias del país, las autoridades y comunidades locales, las universidades y centros de estudios ambientales, las ONGs y los medios de comunicación social, entre otras organizaciones.

Más info: Fornés y Hernández (2000) , Osborn (2005) , Ministerio del Poder Popular para la Salud y http://datanatura.blogspot.com

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